sábado, 27 de diciembre de 2008

Lección 3

No entiendo nada de lo que veo en esta habitación [en esta calle, desde esta ventana, en este lugar].

1. Aplica esta idea de la misma manera que las anteriores, sin hacer disticiones de ninguna clase. Cualquier cosa que veas se convierte en el objeto adecuado para la aplicación de la idea. Asegúrate de no cuestionar si es adecuado o no aplicarle la idea a algo. En estos ejercicios no se trata de juzgar. Cualquier cosa es adecuada si la ves. Tal vez algunas de las cosas que veas tengan una carga emocional para ti. Trata e dejar a un lado esos sentimientos, y simplemente aplícales la idea tan como se la apicarías a cualquier otra cosa.
2. El objetivo de los ejercicios es ayudarte a despejar la mente de todas las asociaciones del pasado, para que puedas ver las cosas exactamente tal como se presentan ante ti ahora y también para que te des cuenta de lo poco que realmente entiendes acerca de ellas. Es esencial, por lo tanto, que tu mente se mantenga pefectamente receptiva y libre de juicios al seleccionar las cosas a las cuales vas a aplicar la idea del día. A tal efecto, una cosa es como cualquier otra: igualmente adecuada y, por lo tanto, igualmente útil.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Lección 2

Le he dado a todo lo que veo en esta habitación [en esta calle, desde esta ventana, en este lugar] todo el significado que tiene para mí.

1. Los ejercicios que se deben llevar a cabo con esta idea son iguales a los de la primera lección. Comienza con las cosas que estén cerca de ti, y aplica la idea a cualquier cosa en la que tu mirada se pose. Extiende luego tu campo visual. Gira la cabeza de modo que puedas incluir lo que se encuentre a ambos lados de ti. Si es posible, da la vuelta y aplica la idea a los que se encuentre detrás de ti. Sé tan imparcial como puedas al seleccionar los objetos a los que vas a aplicar la idea; no te concentres en nada en particular, no trates de incluir todo lo que veas en una zona determinada, ya que eso causaría tensión.
2. Echa simplemente una rápida mirada a tu alrededor, tratando de evitar la selección de objetos en función de su tamaño, brillantez, color o material, o de la relativa importancia que tengan para ti. El simple hecho de ver un objeto lo convierte en tu selección. Trata de aplicar la idea con la misma facilidad a un cuerpo que a un botón, a una mosca que a un piso, a un brazo que a una manzana. El único criterio a seguir para aplicar la idea a algo es simplemente que tus ojos se hayan posado sobre ello. No trates de incluir nada en particular, pero asegúrate de no excluir nada deliberadamente.